martes, 19 de febrero de 2013


Pensamiento Psicoanalítico y Pensamiento Sistémico: Puntos de Encuentro


Diciembre 2012

Desde que comencé la formación en Psicoterapia Psicoanalítica, 2009, y sobre todo, durante el desarrollo del curso de Advenimiento del Sujeto, CPPL 2012, me he cuestionado sobre qué tiene que ver el pensamiento psicoanalítico con el pensamiento sistémico, cuáles son las intersecciones entre ambos pensamientos. El pensamiento sistémico, lo conozco bastante bien, soy ingeniera de sistemas, y para mi tesis de grado realicé una investigación en sistemas blandos.
He identificado sólidas interrelaciones, puntos de encuentro que quiero abordar tomando como base las ideas de los principales exponentes en cada campo.  Respecto al pensamiento psicoanalítico, tomaré de base a los psicoanalistas Sigmund Freud, Marcia Cavell,  y Hugo Bleichmar. Respecto al  pensamiento sistémico, me referiré a Peter Checkland, creador de la “Metodología de Sistemas Blandos”, Peter Senge, autor de la “Quinta Disciplina”, Master en Modelamiento de Sistemas Sociales, y Stephen Covey, autor de “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”.
Abordaré el análisis de los puntos en común de ambos pensamientos, dando respuesta a las siguientes interrogantes:

1.  Está la hermenéutica en la base del Pensamiento Psicoanalítico y en la base del Pensamiento Sistémico?
La hermenéutica es el arte de la interpretación. La hermenéutica filosófica es el arte del entendimiento que consiste en reconocer como principio supremo el dejar abierto el diálogo. Se orienta a la comprensión: uno puede considerar y reconsiderar lo que piensa su interlocutor, aunque no esté de acuerdo con él. La culminación se da cuando se llega a puntos de encuentro.
Hans Gadamer, filósofo alemán, considerado el padre de la hermenéutica filosófica contemporánea, puso de relieve el carácter móvil de la existencia, que es el carácter específico y finito del ser humano y abarca la totalidad de la experiencia humana. Esta movilidad se refiere a las formas provisionales de la comprensión. La finitud de la existencia y,  de la comprensión,  subraya el alcance de todo conocimiento, en  contraste con la pretensión de tener un conocimiento objetivo como el que persiguen las ciencias, como si fuera posible asentar su carácter definitivo por el recurso del método y, lo que es más importante, como si de ese modo fuera posible que el ser humano lograra una comprensión definitiva de sí mismo. Hay que contar con la posibilidad de que exista desacuerdo y, a partir de él, retomar la conversación una y otra vez.
El Psicoanálisis es una disciplina hermenéutica, que se basa en la interpretación, en la restitución de sentido. Marcia Cavell afirma, “son esencialmente reconstrucciones históricas, porque lo que se reconstruye es el sentido que un signo tuvo para quienes lo dejaron ahí, aunque no existen pruebas completas”. Los filósofos Habermas y Ricouer, sostienen que la interpretación de los sueños es el sustento más firme de que el psicoanálisis es una disciplina hermenéutica, en que el sueño manifiesto es análogo a un texto que tiene que ser descifrado.  
El terapeuta quiere saber de cosas que fueron experimentadas, si ahora se recuerdan y cómo, y este interés define un sentido muy general en que sólo la realidad psíquica (creencias, deseos, fantasías, recuerdos) cuenta para explicar el comportamiento humano. No existe una interpretación correcta, en teoría, hay tantas interpretaciones buenas como observadores.
Aun siendo el psicoanálisis en parte una ciencia histórica, pues le interesa reconstruir hechos del pasado, su peculiaridad está en lo hermenéutico, superando así la mera reconstrucción biográfica y las explicaciones históricas, para comprometerse en explicaciones dinámicas y profundas, en las interpretaciones, situando en primer plano los significados determinados por la influencia del inconsciente, que es a lo que podemos llamar explicaciones interpretativas.
En psicoanálisis, el objeto sometido a interpretación no es un objeto material que exprese las intenciones de su autor, sino una persona en vías de formar nuevas intenciones, nuevos pensamientos, nuevas formas de emprender las cosas.
El Pensamiento Sistémico es la actitud del ser humano, que se basa en la percepción del mundo real en términos de totalidades para su análisis, comprensión y accionar, a diferencia del planteamiento del método científico, que sólo percibe partes de éste y de manera inconexa.  El pensamiento sistémico es integrador, tanto en el análisis de las situaciones como en las conclusiones que nacen a partir de allí, proponiendo soluciones en las cuales se tienen que considerar diversos elementos y relaciones que conforman la estructura de lo que se define como "sistema", así como también de todo aquello que conforma el entorno del sistema definido. La base filosófica que sustenta esta posición es el Holismo (del griego holos = entero).
Bajo la perspectiva del enfoque de sistemas, la realidad que concibe el observador se establece por una relación muy estrecha entre él y el objeto observado, de manera que su "realidad" es producto de un proceso de co-construcción entre él y el objeto observado, en un espacio–tiempo determinados, constituyéndose dicha realidad en algo que ya no es externo al observador y común para todos, como lo plantea el enfoque tradicional, sino que esa realidad se convierte en algo personal y particular, distinguiéndose claramente entre lo que es el mundo real y la realidad que cada observador concibe para sí.
Las filosofías que enriquecen el pensamiento sistémico contemporáneo son la fenomenología de Husserl y la hermenéutica de Gadamer.

2.  Tienen algo que ver los paradigmas con el psicoanálisis?
Comencemos entendiendo qué es un paradigma y qué es un problema blando, conceptos fundamentales en el Pensamiento Sistémico. 
Peter Checkland define problema blando, a aquél que ocurre en un sistema blando o social, aquél donde interviene el ser humano. No puede ser fácilmente formulado y, por tanto, no fácilmente solucionado. Dado que es percibido de diferentes maneras, que varían según el Weltanschauung de los involucrados, no existe solución única, esta dependerá del Weltanschauung que se adopte. Un ejemplo de problema blando que está sucediendo en el país, es el Proyecto Conga, con muchos paradigmas subyacentes.
Los problemas que aborda el Psicoanálisis son problemas blandos, conformando la diada Terapeuta-Paciente un sistema blando.
Peter Senge denomina a los paradigmas como Modelos Mentales, supuestos hondamente arraigados, generalizaciones e imágenes que influyen sobre nuestro modo de comprender el mundo y actuar. Sostiene que generalmente no tenemos conciencia de nuestros modelos mentales o los efectos que surten en nuestra conducta. La disciplina de trabajar con modelo mentales empieza por volver el espejo hacia adentro; aprender a exhumar nuestras imágenes internas del mundo, para llevarlas a la superficie  y someterlas a un riguroso escrutinio. También incluye la aptitud para entablar conversaciones abiertas donde se equilibre la indagación (actitud inquisitiva) con la persuasión, donde la gente manifiesta sus pensamientos para exponerlos a la influencia de otros.



Paradigma también es un concepto fundamental en el Pensamiento Psicoanalítico

Marcia Cavell nos habla de la importancia de entender nuestros paradigmas para entender nuestras emociones. Dice “no reaccionamos ante el mundo directamente, sino sólo como lo aprehendemos bajo ciertas luces, según determinadas descripciones. La causa de una emoción o sentimiento siempre es una creencia o algo del mundo según se ve a partir de cierta descripción”. “La historia que explica mis emociones es causal. Los agentes causales inmediatos de mis emociones son mis deseos y creencias. Esta es la visión que aceptamos al decir que el afecto es ocasionado por su contenido ideacional”.
Esto significa que los sentimientos tienen de base creencias, así nos pone ejemplos:

Sentimiento
Creencia
Culpa
Uno es responsable de haber hecho algo equivocado según los propios preceptos
Gratitud
Creo que algo bueno me ha dado otra persona, algo que no podría haberme procurado yo sola, no con facilidad. Pienso que la otra persona tenía la intención de darme ese algo.
Miedo
No quiero que sucedan cosas feas que me hagan daño: herir a otra persona, que tenga una accidente
Vergüenza
Pensamos que hemos hecho algo que disminuye nuestro valor.
Dolor
Uno piensa que ha perdido algo o alguien a quien ama o estima.
Orgullo
Uno piensa que tiene o ha hecho algo que lo honra.

Tendemos a pensar que las acciones se inician en nosotros, y las emociones y percepciones, en el mundo. Consideramos las pasiones cómo cosas que pasamos o sufrimos pasivamente. Hay un error. Cuando estamos avergonzados, lo que actúa en nosotros, no es la vergüenza misma, sino una situación del mundo que nosotros interpretamos de manera particular, y en esta explicación intervenimos como agentes.
Las primeras relaciones interpersonales del niño son determinantes cruciales de sus actitudes hacia el mundo, y por medio de éstas, de los rasgos de sus carácter y sus sentimientos, que a su vez suelen estar fijados en rasgos de carácter. Un bebe cuyos padres captan y atienden sus necesidades puede desarrollar una actitud de confianza en sí mismo y seguridad, y otros cuyos padres bromistas ríen con él por lo gracioso de todo probablemente llegará a tener sentido del humor. Tales actitudes preceden a las emociones como tales; pero establecen un escenario para ellos que determina cómo el niño mira el mundo, y lo que ve.
Todas nuestras certezas sobre la mente de otras personas son provisionales, pero no todas de igual modo, no todas al mismo tiempo. El terapeuta debe suponer que el esquema conceptual de sus pacientes, no es tan ajeno al suyo propio para que le resulte indescriptible.
Cualquier interpretación se basa en ciertas suposiciones fundamentales que rara vez están explícitas en la mente del intérprete. Acerca de un amplio dominio del comportamiento humano suponemos que el agente tiene sus razones, las cuales serían inteligibles para nosotros si supiésemos lo suficiente sobre el mundo en que vive y cómo lo ve, es decir, si conociésemos lo suficiente sus paradigmas.


3.     Qué significa que la cura tiene que ver con reescribir la historia del Paciente?
Hugo Bleichmar, en su libro “La depresión: un estudio psicoanalítico”, comenta que muchas veces se defendió a la reconstrucción histórica utilizando la teoría de la cura de la primera época freudiana: recordando lo olvidado desaparecen sus efectos. Sin embargo,  no  se camina por desandar lo andado, sino que lo que resulta posible es establecer NUEVAS significaciones.
Si el paciente tiene como eje una imagen desvalorizada de sí, el análisis debe consistir en hacer consciente esta imagen. Desentrañar cómo se formó esa representación, si es el resultado de la identificación con figuras desvalorizadas, o la asunción de la identidad dada por figuras desvalorizantes, cuáles son los episodios que adquirieron la significación de ofensas narcisísticas y qué puedan haberla originado, por qué estos no pudieron ser superados, etc. Debemos preguntarnos si esa representación del YO persiste por inercia psíquica.
Bleichmar postula que mostrar la génesis de una convicción o paradigma como la de una determinada representación de sí mismo, le quita su carácter de absoluta, permite tomar distancia con respecto a aquélla, y verla no como algo que es así sin discusión, sino como el resultado de ciertas condiciones que intervinieron en su producción. O sea, relativiza la fuerza de la convicción, al mostrar que ésta tiene una determinación.
La labor terapéutica consiste en romper el espejismo en que se encuentra el paciente, al justificar la representación de sí por una supuesta realidad, por determinados paradigmas, esto implica que “el paciente no cambia por ser consciente de sus recuerdos, lo hace porque le es posible establecer nuevas significaciones, en el proceso de recordar se reorganiza su mundo conceptual, RESIGNFICA su experiencia”.
Por su parte, Jacques Lacan afirma en su Seminario N° 1, 1974, “Yo diría a fin de cuentas que de lo que se trata, es menos recordar que de reescribir la historia”.
Marcia Cavell, sostiene que el carácter narrativo de lo mental está íntimamente conectado con el descubrimiento crucial de Freud: de que contar, y volver a contar nuestras historias, nos pude liberar en cierta manera del pasado, y al mismo tiempo, dar mayor armonía a los propósitos, intenciones y acciones actuales, así como a sus consecuencias. Podemos RESIGNIFICAR nuestra historia.
“Las historias que nos contamos sobre los acontecimientos de nuestras vidas desempeñan un papel decisivo en el efecto que ahora surten sobre nosotros”. Así las historias nuevas nos pueden librar de viejas pautas. Freud dice que algunas de nuestras enfermedades provienen de ciertas fijaciones de las descripciones con las que nos vemos a nosotros mismos. Freud quiere abrir al paciente a nuevas formas de verse a sí mismo y al mundo, y liberarlo así, de los comportamientos que lo han limitado.
Franz Alexander y Thomas French nos hablan de una experiencia emocional correctiva. Sostienen que el terapeuta, mediante su propia actitud y mediante sus interpretaciones, suministra al paciente una experiencia correctiva en una nueva relación. El  paciente experimenta una nueva relación padre-hijo antes de poder librarse de la antigua, esto no puede hacerse como ejercicio intelectual, debe ser vivido, sentido por el paciente, y de esta forma llegar a ser parte integral de su vida emocional. Solo entonces le será posible modificar  sus actitudes.

4.    Qué valor nos puede dar el autoconocimiento en vislumbrar las consecuencias de nuestras acciones?
“Somos un instrumento dotado de muchas cuerdas, pero generalmente nos morimos

 sin que hayan sido pulsadas todas. Así, nunca sabremos qué música era
 la que guardábamos. Nos faltó el amor, la amistad, el viaje, el libro, la ciudad capaz
 de hacer vibrar la polifonía en nosotros oculta? Dimos siempre la misma nota? 
Julio Ramón Ribeyro. “Prosas apátridas”

Erich Fromm, respecto al autoconocimiento afirma, “el cómo pueda uno reformularse es cosa delicada. Importa mucho conocer qué nos estimula, cómo nos animamos a hacer descubrimientos, a experimentar nuestros sentimientos, atender a nuestras experiencias, comprender las resistencias que tenemos al dar cada nuevo paso, al actuar de otra manera”.
Marcia Cavell sostiene que a mayor autoconocimiento è mayor capacidad de conciliar consecuencia e intención. Descubrir las intenciones de alguien es “reconstruir un estado mental histórico”. Incluso cuando hacemos lo que pretendemos hacer, inevitablemente nuestras acciones tienen algunas consecuencias que no teníamos la intención que ocurrieran. Nuestro comportamiento está en función de nuestros paradigmas. Marcia pone el ejemplo de Edipo Rey, si él se hubiera conocido un poco más, que se volvía iracundo cuando atacaban su orgullo, no hubiera respondido de forma violenta cuando un anciano, su padre, lo retó a salir del camino, y no lo hubiera matado.
Observando las tendencias de nuestro comportamiento, anticipando las consecuencias no esperadas de nuestras acciones y descubriendo las causas que obraron en nosotros o en el mundo para que las cosas nos sorprendieran con sus resultados, es como nos volvemos más capaces de conciliar la consecuencia y la intención. Cuando el cuerpo se hace consciente de los deseos y placeres involuntarios, la consciencia misma puede modificar el significado de ellos en la vida psíquica.
Quisiera terminar este análisis, con una cita de Marcia Cavell, que me parece consolida y reafirma lo expuesto: “hacerme cargo, reconocer que algo es mío, algo de lo que yo no era responsable en el sentido definido por la intención, puede cambiar a la persona que hace tal reconocimiento, y al mismo tiempo modificar su relación justamente con tales pensamientos y sentimientos. Mientras que antes éstos actuaban sobre la persona indefectiblemente, ahora ésta puede estar en la posición de elegir si actuará sobre ellos o no. La consciencia de uno mismo incluye la capacidad de auto trascendencia, la que toma en cuenta la abolición de la causalidad, deja espacio para que entren en jugo nuevas conexiones causales”.


Bibliografía
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Sánchez-Barranco, Antonio, “El psicoanálisis ¿Qué tipo de ciencia es?”, Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, Vol. XXV, nº 96, 2005
Cavell, Marcia, ”El pensamiento psicoanalítico: De Freud a la filosofía”, 2000
Bleichmar, Hugo, “La depresión: un estudio psicoanalítico”, 1974
Alexander Franz y French Thomas, Terapéutica Psicoanalítica, capitulo 3, “El principio de la flexibilidad”, 1980
Aguilar, Luis Armando, “La hermenéutica filosófica de Gadamer”, http://portal.iteso.mx
“Advenimiento del Sujeto”, curso dictado por el profesor César Escajadillo en la formación de Psicoterapia Psicoanalítica, CPPL, 2012.
Stephen Covey, “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”, 1989
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Checkland, Peter, “The System Movement and the ‘Failure’ of Management Science”. Cybernetics and Systems. An International Journal, 11. 1980.
Senge, Peter, “La quinta disciplina: el arte y la practica de la organización abierta al aprendizaje”, 1990
Van Gigch, John, “Teoría General de Sistemas aplicada”, 1981
Churchman, West, El enfoque de Sistemas, 1973
Rodriguez-Ulloa, Ricardo, Serie Pensamiento de Sistemas y Calidad Total, Instituto Andino de Sistemas, 1993
Torres, Rosario - Salazar, Laura, “Desarrollo de una metodología de diagnóstico organizacional basada en la Metodología de Sistemas Blandos. Aplicación en la empresa de servicios informáticos Cosapi Tec”, Tesis para optar el título profesional de Ingeniero de Sistemas,  UNI, 1992
Trabajo presentado en el curso“Advenimiento del Sujeto”, dictado por el profesor César Escajadillo en la formación de Psicoterapia Psicoanalítica, CPPL, 2012.